A estas alturas rodando
literalmente rodando
asumo mi destino,
araño cielos, tiento paraísos,
busco la clave que me traspase,
sin buscarla la busco,
la llave es un torso, un gesto,
la sonrisa de un amor imposible
o de otro amor imposible.
Los amores imposibles
-es tan evidente que siempre lo olvido-
son partes de ese mundo imposible
que es mi mundo verdadero.
sábado, 20 de junio de 2009
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